Las marcas negras: un riesgo para la reputación del gran consumo

En un interesante artículo en su blog, Felipe Medina (secretario general de ASEDAS) reflexionó sobre las implicaciones de las marcas negras para la reputación del sector alimentación. Nos recuerda Medina que la figura del consumidor está en constante evolución. Es cada vez más prosumidor: consciente de las problemáticas mundiales, interesado por la empresa que hay detrás de un producto y sus valores… y en constante interacción con ellas. Como consecuencia, las compañías aumentan la información que comunican a los clientes.

Es una cuestión de confianza. El consumidor no quiere sentirse ‘decepcionado’ por una marca. Como comenta Felipe Medina es esa necesidad de no defraudar a los consumidores lo que marca a las compañías alimenticias nuevos retos para ganar buena reputación. Entre ellos, se encuentra la transparencia como uno de los intangibles que otorgan valor a la reputación de una empresa.

Por otro lado, otras claves que propone Medina para mejorar la reputación del sector Gran Consumo son: 1) controlar el flujo diario de fake news sobre los alimentos y 2) compartir con los clientes más información sobre la economía agroalimentaria

Hoy en día, como destaca Medina las marcas opacas (y las marcas negras lo son) son la antítesis de la transparencia, y pueden suponer un problema reputacional entre la compañía y sus clientes.

 

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